En estas fechas y teniendo Halloween a la vuelta de la esquina para
perder el tiempo decorando calabazas, tenemos que rendir una merecida Oda a la calabaza, por la magia antioxidante que puede hacer.
Las calabazas son alimentos antioxidantes por excelencia. Los
antioxidantes permiten la neutralización de los radicales libres. Entre
ellos, podemos encontrar a los carotenos (los que se transforman en
vitamina A en nuestro organismo), cuya composición varía según el tipo
de calabaza que se trate; la que más carotenos contiene es la calabaza
vinatera.
Ahora ya en serio, para que veas que no te miento, los carotenos no sólo figuran como un concepto maravilloso que nos mantendrá jóvenes eternamente, sino que además, ¡pueden identificarse! en el color amarillento de la pulpa de ésta, pues se tratan de pigmentos que confieren el color a las frutas y verduras.
Ahora ya en serio, para que veas que no te miento, los carotenos no sólo figuran como un concepto maravilloso que nos mantendrá jóvenes eternamente, sino que además, ¡pueden identificarse! en el color amarillento de la pulpa de ésta, pues se tratan de pigmentos que confieren el color a las frutas y verduras.
Las propiedades de los carotenos son muy amplias. Entre todas ellas, merecen especial atención:
- La capacidad para inhibir el desarrollo del cáncer.
- La prevención de la acción negativa de los radicales libres sobre las células de la retina.
- Reducción de las posibilidades de padecer cáncer de pulmón, colon (la
fibra favorece la expulsión de las heces), próstata, vejiga, cuello de
útero y disminución del colesterol en sangre por su contenido en
licopeno.
- Las vitaminas A y C que contiene, mejoran la circulación impidiendo el
emplazamiento del colesterol en las arterias, y con ello, previene de
ciertas enfermedades del corazón como el infarto de miocardio y la
angina de pecho.
- Rica en ácido fólico, que participa en la intervención de la salud del sistema nervioso.
Además, es muy recomendable para los diabéticos; es rica en hidratos de
carbono, pero su elevado contenido en fibra hace que estos se absorban
poco a poco, manteniendo unos niveles de azúcar estables en sangre.
En el ámbito dietético, es un alimento muy saciante. A pesar de sus
reducidas calorías, su ingestión frena el hambre y elimina la necesidad
de comer otros alimentos menos deseables en las dietas de
adelgazamiento.
Y ahora que hemos recitado la Oda, vamos a hacer algo útil con las
calabazas. No, no vamos a ponernos en plan ArtAttack a decorar calabazas
(que también) pero que sepáis, que frente a los dulces y caramelos
americanos, España presenta una gran tradición gastronómica en esta
época. Por eso os propongo una deliciosa crema de calabaza muy sencilla
de hacer:
INGREDIENTES
Calabaza (50g)
Una cebolla mediana
Nata líquida o leche evaporada (menos calórica)
Vino blanco (un vaso normal)
Caldo de pollo
Aceite de oliva
Pimienta negra
Sal
ELABORACIÓN
Para esta receta puedes elegir dos vías: pochar la cebolla y la calabaza
en una sartén con aceite de oliva o bien, cocer todos los ingredientes,
triturar y salpimentar. Es evidente que la primera opción no tiene nada
que ver: es más sabrosa y consecuentemente más calórica. En cualquier
caso, te presentaré la primera, pues cocer y triturar no tiene mucho
pierde.
Comenzamos pelando la cebolla y la calabaza, previamente bien lavada.
Después, echamos aceite de oliva en una olla y cuando tome buena
temperatura, añadimos los trozos de cebolla y calabaza. Rehogamos a
fuego medio durante unos minutos, removiendo de vez en cuando para que
no se queme ni se pegue. Cuando estén las verduras pochadas, añadimos el
vaso de vino blanco y esperamos a que el alcohol se evapore. A
continuación, vertemos el caldo de pollo y dejamos cocer la calabaza
durante media hora (yo la pincho para ver si está tierna). Por último,
lo pasamos todo por la batidora junto a la nata líquida o sin ella,
recuerda que contiene muchas calorías y si te pasas, la crema tomará
demasiado sabor, y salpimentamos.
Para que te quede una crema fina de cinco estrellas michelín, puedes pasarla por un colador.
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