¿Qué es el colesterol y cuándo llega a ser un problema?
El colesterol es un tipo de grasa necesaria para el correcto funcionamiento del organismo, pero su presencia en niveles excesivos puede ser peligrosa. En términos globales, la hipercolesterolemia se define pro cifras de colesterol total en sangre mayores de 200 mg/dl, según la Sociedad Española de Arteriosclerosis. Cuando se superan estos niveles, las grasas tienden a acumularse en el interior de las arterias, lo que impide el flujo de sangre y puede desencadenar enfermedades cardíacas graves, así como accidentes cerebro-vasculares.
El colesterol HDL (colesterol bueno) tiene un efecto protector, puesto que libera el exceso de colesterol de las paredes de los vasos sanguíneos. Por lo tanto, un nivel alto de este tipo de colesterol se considera positivo.
El colesterol LDL (colesterol malo) se deposita en las paredes de las arterias y, por tanto, es el que resulta peligroso y hay que controlar.
¿Cómo se detecta?
La forma más frecuente y sencilla de detectar niveles de colesterol fuera de lo normla es mediante un análisis de sangre. El diagnstico se base en una serie de cifras recomendables:
- Colesterol Total deaseable: menor de 200 mg/dl
- Colesterol LDL deseable: menor de 130 mg/dl. Alto riesgo: mayor de 240 mg/dl.
- Colesterol HDL deseable: mayor de 45 mg/dl. Alto riesgo: menor de 35 mg/dl.
¿Cuáles son sus síntomas?
En personas con colesterol alto hereditario en ocasiones se pueden apreciar manchas espesas de color amarillo alrededor de los ojos o en alguna otra zona de la piel, que se forman por los depósitos de colesterol que se acumulan en el interior de las arterias. Además, la obesidad también es una señal de posible colesterol alto, por lo que es recomendable que las personas con sobrepeso se realicen análisis de sangre periódicos para controlar estos niveles.
¿Qué factores acentúan el riesgo de sufrir este problema?
Una alimentación poco saludable y con alto contenido en grasas saturadas y la falta de ejercicio físico son los principales factores de riesgo a la hora de predisponer a una persona a sufrir hipercolesterolemia.
¿Cómo puede prevenirse o paliarse?
Unos hábitos saludables junto con una alimentación sana y variada son indispensables para mantener unos niveles de colesterol adecuados.
1- Realice actividad física todos los días: una caminata de más de 45 minutos es aconsejable para disminuir los depósitos de grasa del organismo y por tanto reducir los niveles de colesterol excesivos. También puede realizar otros ejercicios como nadar, running, baloncesto, fútbol, etc.
2- Mantenga un peso adecuado: es necesario perder peso en el caso de padecer obesidad o sobrepeso.
3- Aléjate del tabaco: evitando fumar o ser fumador pasivo.
4- Modere el consumo de alcohol: el vino tinto es una bebida que se recomienda consumir para la reducción del colesterol debido a que en su composición contiene polifenoles, es decir, compuestos altamente antioxidantes que inhiben la oxidación de las LDL (lipoproteínas de baja densidad) o colesterol malo, lo que influiría en el retraso de la aparición de aterosclerosis. No tomar más de dos o tres vasos en hombres y uno y medio en mujeres.
5- Elabora una dieta rica en vegetales que incluya: frutas y verduras varias veces al día, carnes blancas o rojas (cortes magros), pollo sin piel y pescados azules, lácteos y quesos desnatados, cereales y legumbres. Una sana y variada alimentación es clave.
6- Disminuya el consumo de grasas en su dieta y evite sobretodo las saturadas: evite embutidos, salchichas, bollería, vísceras, carnes rojas, mantequilla, quesos curados. En su lugar puede recurrir a carnes blancas como el pollo, los cereales, las legumbres y el pescado, todo ello acompañado con aceite de oliva, que tiene propiedades cardiosaludables.
7- Escoja productos desnatados: la leche y los yogures enteros contienen niveles elevados de grasas, por lo que se recomienda sustituirlos por lácteos desnatados. Así mismo, el queso fresco es preferible al que está muy curado.
8- Consuma alimentos ricos en ácidos grasos insaturados: los ácidos grasos como el Omega-3, son nutrientes fundamentales para la correcta regulación del metabolismo del colesterol y los triglicéridos otro tipo de grasas que también incrementan el riesgo de padecer problemas cardiovasculares. Podemos encontrarlos sobre todo en pescados azules, como el atún, las anchoas, la sardina, etc. y los frutos secos como las nueces o las almendras. Estas dos últimas contienen un aminoácido llamado L arginina, una sustancia que ayuda a la formación de óxido nítrico. Este compuesto es sumamente importante ya que ayuda a que el colesterol circulante no se acumule y se destruya en el hígado para su posterior re utilización o eliminación.
9- Aumente el consumo de fibra: Se recomienda consumir un aporte de fibra diaria entre 30- 40 gramos. Es muy importante debido a que la fibra forma una especie de gel que hará arrastrar y por tanto disminuir la absorción de colesterol y otros compuestos lipídicos en el tracto intestinal. Además, la fermentación
de la fibra favorece la formación de ácidos grasos de cadena corta, que contribuyen
a inhibir la síntesis de colesterol hepático. Alimentos como las legumbres, los cereales con su respectivo salvado, la fruta con piel, verduras y frutos secos con cascara.
10- Seguir rigurosamente el tratamiento establecido por el médico: en aquellos casos en los que se diagnostique una enfermedad o riesgo cardiaco, es importante que además de contemplar los anteriores consejos de alimentación y hábitos, de carácter preventivo, sigamos sus indicaciones.
10- Seguir rigurosamente el tratamiento establecido por el médico: en aquellos casos en los que se diagnostique una enfermedad o riesgo cardiaco, es importante que además de contemplar los anteriores consejos de alimentación y hábitos, de carácter preventivo, sigamos sus indicaciones.
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